jueves, 18 de abril de 2019

Inteligencia artificial y humana para curar enfermedades: la medicina que se viene

Desde hace tiempo, el concepto de inteligencia artificial ha comenzado a escalar en las distintas áreas de la ciencia. Hoy ya no es nuevo, ni constituye una novedad, pero todavía se presenta como un campo desconocido para la mayoría de las personas. Esto implica que, aunque son miles las compañías que ya utilizan este tipo de tecnología en su día a día, aún no se ha difundido de manera masiva en casi ninguna de las áreas.

Actualmente se dictan todo tipo de conferencias para intentar difundir este tipo de conocimiento y, además, profundizar respecto de su influencia en los diversos campos. En este contexto, días atrás tuvo lugar una conferencia que apuntó a explicar y conocer de qué manera puede la inteligencia artificial impactar positivamente en el rubro de la salud.
Organizada por Health 2.0 y titulada Inteligencia artificial: un nuevo aliado para la salud, tenía como principal objetivo presentar los avances tecnológicos y científicos en materia sanitaria. Patrocinada por Parabolt -una empresa que transforma ideas innovadoras en negocios disruptivos- fue el escenario de tres exposiciones acerca de proyectos que combinan la inteligencia artificial y la salud. Martín Szenig, Gerente de Innovación para Cuentas Globales de Parabolt; Horacio Cuervo, Digital Advocate de IBM en Argentina; y Mauricio Farez, cofundador de la compañía EntelAI.

Sin embargo, es importante comprender de qué se trata la inteligencia artificial en sí misma, más allá de cada uno de los rubros a los que se pueda aplicar.
Básicamente, el término acuñado por el científico estadounidense John McCarthy alude a la simulación de procesos de inteligencia humana por parte de máquinas, especialmente de sistemas informáticos. Se trata de procesos basados en el aprendizaje forzoso de una serie de información que, como consecuencia, acaban en que la máquina pueda arrojar resultados similares a los que elaboraría un cerebro humano. La diferencia fundamental se encuentra en la rapidez con la que se obtienen esos resultados, es decir que algo que el dispositivo de inteligencia artificial puede hacer en pocos minutos o incluso segundos, el cerebro humano tardaría mucho tiempo en procesar.

En este punto, es necesario hacer una distinción clave. Al contrario de lo que se piensa, es importante comprender que las máquinas no piensan, en ningún caso y de ninguna forma. Ese procesamiento de información, que se da de manera altamente veloz, responde al aprendizaje forzoso al que fue sometida esa computadora y a patrones de selección de información que le fueron cargados por seres humanos. Así, es posible afirmar que independientemente de que los dispositivos de inteligencia artificial puedan procesar mayores
cantidades de información que el cerebro humano en tiempos más acotados, nada de eso sería posible si no hubiese inteligencia humana detrás.

"La inteligencia artificial sirve para hacer estructurado un dato, o un conjunto de datos, en base a información no estructurada", explicó Horacio Cuervo, en el marco de su exposición. La estructuración de un dato implica, esencialmente, que no puede traducirse directamente a una planilla de excel -una foto, una canción, un video, por ejemplo-. Es allí donde una máquina especialmente dedicada esa tarea, debe procesar esa información no estructurada y empezar a traducirlo a números que puedan analizarse de manera objetiva y sencilla.

Ahora bien, ¿cómo se puede relacionar esta innovación tecnológica al campo de la salud?
El procesamiento veloz de todo tipo de información puede ser útil desde diversos puntos de vista y se puede aplicar a cualquier rubro. Desde el día a día de una empresa pequeña hasta el manejo de grandes flujos de datos de una compañía multinacional; desde el uso de una red social hasta el procesamiento de información relacionada a algún tipo de patología que pueda ser útil para hacer un diagnóstico más temprano en un paciente.

Todos los campos mencionados pueden ser potenciales usuarios de la inteligencia artificial, inclusive la salud, la medicina, la atención a los pacientes.

Para comenzar, es necesario tener en cuenta que "en la industria de la salud hay mucho más que el médico y el paciente", tal como aclaró al principio de su exposición Martín Szenig, Gerente de Innovación para cuentas Globales de Parabolt. Es por eso que se deben considerar todas las aristas que tiene el área al momento de diseñar un producto o pensar una estrategia para mejorarlo.

El rubro de la medicina es altamente complejo en sí mismo y, además, tiene barreras éticas difíciles de pasar. Hay un gran conjunto de enfermedades de diversos orígenes -desde algunos tipos de cáncer hasta patologías congénitas, degenerativas o crónicas- que tienen altos porcentajes de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. En la mayoría de estos casos el diagnóstico temprano podría evitar muchas muertes o reducir significativamente las consecuencias de la patología en el organismo.

Es allí donde la inteligencia artificial puede hacer su aparición y cambiar el futuro del paciente. El conocimiento humano y la observación del médico hacia el paciente son elementos necesarios, por supuesto. Sin embargo, el ojo humano puede cometer errores por diversos motivos, desde la influencia de problemas personales hasta una patología propia.

De la misma manera, las computadoras también se pueden equivocar, de hecho lo hacen en más de una oportunidad.

¿Dónde está la clave? Precisamente, en la combinación de los dos factores mencionados: la inteligencia artificial y el ojo humano.

En 2016, según cifras del gobierno estadounidense, en dicho país el diagnóstico de cáncer de mama hecho por médicos tuvo un margen de error del 3,5%. Por su parte, los diagnósticos realizados por dispositivos de inteligencia artificial tuvieron un número aún más alto: 7,5%.

No obstante, cuando se combinaron ambos tipos de detección de la enfermedad el margen de error bajó de manera significativa y llegó a un 0,5%.
Es por eso que quienes promueven este tipo de innovaciones tecnológicas en el campo utilizan este tipo de ejemplos como principal argumento. Actualmente, hay muchas empresas trabajando para que algunas herramientas de inteligencia artificial se incorporen a rubro de la medicina de distintas formas, pero siempre en combinación con el trabajo de médicos especialistas.

EntelAI es una empresa argentina y es una de las compañías que hoy en día se encuentra trabajando en este sentido. El objetivo principal, a través de sus dos productos centrales, es facilitar la consulta médica, tanto para el especialista como para el paciente.

El software que utiliza tiene toda la información de la persona y se la remite directamente al médico, previo a la consulta ambulatoria. EntelAI Pic es el nombre que lleva este sistema, que sistema procesa, mediante técnicas de inteligencia artificial, diversos estudios clínicos y suministra una imagen integral junto con un reporte detallado. A partir de ese momento, tarda solo cinco minutos en realizar el informe pertinente, que compara la nueva imagen con las previas. "En el futuro, la inteligencia artificial tendrá un papel fundamental en la medicina del futuro, donde no sólo se simplificará el análisis de datos, sino que permitirá que los médicos puedan mejorar su interacción con los pacientes", indica Mauricio Farez, médico neurólogo en FLENI y cofundador de este proyecto, en un evento organizado por la comunidad Health 2.0 en Buenos Aires.

Es importante destacar que esta iniciativa ha sido premiada recientemente por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y Merck Argentina. Ambas instituciones la consideraron la iniciativa más innovadora destinada al cuidado de la salud.

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